En general no se me da muy bien definir quién soy o hablar sobre mí, pero voy a intentarlo. Mi nombre es Wika (no el original, pero prefiero que me conozcáis así).

Desde muy pequeña ya albergaba una fascinación por el mundo del Body Art muy marcada y desde siempre he sabido que de alguna forma u otra acabaría formando parte de esto.

Crecí y los piercings ya empezaron a formar parte de mí, a la vez, las reacciones de rechazo en el entorno incomodado por lo no normativo. Al final, ese poco respeto hace que una se reafirme en su propio yo.

Gracias al Body Art puedo decir que mi relación conmigo misma es más sana, me hace ser más consciente de que hay que querer y respetar nuestro cuerpo y hay que celebrarlo. Hacerse un piercing es un ritual, mires por donde lo mires es algo que cambia en ti, una transición en la que me gustaría que me hicieras partícipe y yo feliz poder facilitar esta experiencia de la forma más segura posible en tanto a la higiene como a la no más menos importante parte emocional.

Mi pasión por esta forma de expresión corporal me ha llevado a perfeccionar mis habilidades y ofrecer servicios de alta calidad. Con un enfoque meticuloso en la higiene y la seguridad, me esfuerzo por crear experiencias cómodas y positivas para aquellos que confían en mí para su perforación. Mi objetivo es fomentar la autoexpresión y la confianza en aquellas personas que eligen adornar sus cuerpos únicos de manera única. Estaré encantada de conocerte y ayudarte a llevar a cabo tu proyecto de arte corporal por pequeño que sea.